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Parroquia de Santa María la Antigua

 

CARTA DE LA PARROQUIA

Queridos hermanos y amigos:

Nuestra Hoja sale coincidiendo con el Domingo de Ramos y, por lo tanto, en la Semana Santa, igual que la anterior lo hizo en el inicio de la Cuaresma. Manifestamos así cómo el Año litúrgico va marcando la vida de nuestra Comunidad parroquial y la de cada uno de nosotros y nos va ayudando a profundizar en el misterio de Cristo, en su conocimiento y su hacerlo vida en nosotros.

Son muchas las cosas que podríamos destacar de esta Cuaresma, el tiempo que ha pasado desde que llegó a nuestras manos la Hoja anterior. Para no extenderme reseño las Charlas Cuaresmales que hemos tenido cada lunes, coincidiendo con la formación semanal, sobre la oración. Como os comenté al introducirlas, el tema vino dado por haber proclamado el Papa este año 2024 como “Año de la oración” en preparación al Jubileo del año 2025; manifestábamos así que ser Parroquia, ser Iglesia, supone esa unidad efectiva y afectiva con toda la Iglesia, con todos los creyentes, unidos y presididos por el Santo Padre. Creo que han sido una oportunidad para profundizar en esa dimensión tan importante y significativa de la vida cristiana que es la oración, la relación con Dios en sus múltiples formas. Por supuesto que no hemos agotado el tema, pero adentrarnos en la experiencia orante de Jesús y de María, viendo lo que supone el Padrenuestro y el Magnificat, nos ha abierto el apetito para seguir profundizando en ello no sólo en la teoría, sino también en la práctica de la oración. Para ello tenemos muchas posibilidades en la vida cotidiana de nuestra Parroquia y de cada uno de nosotros.

Pero vayamos al momento presente, a la Semana Santa. Es un momento que siempre me ha impresionado, también que me invita a hacerme preguntas y buscar sus respuestas. En ello, lo primero es su importancia y relevancia: es el único tiempo del año que recibe la calificación de “santo”. La causa no se nos escapa: en estos días celebramos el misterio central de nuestra fe y nuestra salvación, el Misterio Pascual de Cristo, su Pasión, Muerte y Resurrección. Como dice la liturgia: los misterios que nos dieron nueva vida. Tan importantes son estos días, lo celebrado en ellos, que los acontecimientos que conmemoramos y celebramos están en el origen de los Evangelios y son el centro de la predicación cristiana. En las celebraciones de estos días y los actos que se hacen alrededor de ellos (horas santas, viacrucis, procesiones y diferentes ejercicios de piedad) se pone en juego toda nuestra persona y vivimos y percibimos diferentes manifestaciones que lo confirman.
Mi deseo es que no sea algo pasajero, que se reduzca a estos días, sino que verdaderamente sea algo que penetre profundamente en nosotros y nos lleve a vivir en plenitud nuestra fe, nuestra realidad de hijos de Dios, nacidos de nuevo por el agua y el Espíritu.

Ante estos días santos miro nuestra Parroquia y los diferentes actos programados, también el encuentro pascual que tendremos el próximo 6 de abril para animarnos y compartir la experiencia de la Pascua y al que os invito desde ya a participar, pero también miro -no podemos no hacerlo- a nuestro mundo y a nuestra sociedad. Todos esperamos y nos situamos ante la Semana Santa, ante estos días, pero ¿qué significan para cada uno de nosotros? ¿Son realmente para todos días santos? Acaso, incluso para nosotros, ¿no se han reducido en ocasiones a unos días más, a unos días de descanso? ¿Qué significado e implicación en nuestra vida tienen estos días y la celebración del Triduo Pascual y los diferentes actos unidos a él? Hagamos que la Semana Santa sea santa y que lo de “santa” sea una realidad y no un mero nombre o calificación de ella.

¡Feliz y Santa Semana Santa!

Vuestro Párroco,

José Juan


RESPONSABILIDAD ECONÓMICA

El Consejo de Asuntos Económicos nos hace llegar esta nota para público conocimiento de la Comunidad Parroquial:
A toda la COMUNIDAD PARROQUIAL:
Agradecemos el esfuerzo realizado en este año, y recordamos a toda la comunidad, que es imprescindible aumentar las suscripciones por banco, ya que esto nos aporta unos ingresos fijos que aseguran la posibilidad de hacer frente a todos los gastos del mantenimiento ordinario de la Parroquia.

Además recordamos los nuevos caminos de colaboración económica:
– Por donación con tarjeta a través de la terminal que hay en la Parroquia (en la entrada de la derecha).
– Por medio de la página DONO A MI IGLESIA entrando en esa página de la Conferencia Episcopal Española DONO A MI IGLESIA https://www.donoamiiglesia.es :
Acceder a la web y elegir la opción “donar a mi parroquia”. Elegir “código postal 28032” y en el desplegable elegir “Parroquia Santa María La Antigua”; elegir la cantidad a donar y si es única o recurrente.


– Y por el nuevo SISTEMA BIZUM, poniendo la CLAVE PARROQUIAL que es: 00825.

Pincha aquí para descargar el documento de suscripción: –>https://drive.google.com/open?id=1WaHLCnleAwP-g0d_G_irwx300HRAOcNq

Muchas gracias a todos, por la responsabilidad económica que día a día, crece entre nosotros.
Junta Económica de la Parroquia Santa Mª La Antigua


Ángelus

  1. V. El Ángel del Señor anunció a María,
    R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.
    Dios te salve, María, llena eres de gracia…
  2. V. He aquí la esclava del Señor.
    R. Hágase en mi según tu palabra.
    Dios te salve, María, llena eres de gracia…
  3. V. Y el Verbo se hizo carne.
    R. Y habitó entre nosotros.
    Dios te salve, María, llena eres de gracia…
  4. V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
    R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz seamos llevados a la gloria de su Resurrección. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.

Comunión espiritual

Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno del todo a Ti. Amén